FIDELIO

A veces sucede con ciertos lugares que no son propicios para un buen comienzo o final, y como si de un encantamiento se tratase, las repetidas situaciones confirmaban esa realidad. ¿Sinceramente absorto por la situacion o quizás confundido?. Alex decidió marcharse al exilio, al abandono fructífero de la lectura y la calma que la ciudad de los tulipanes le ofrecía, en aquél ático adornado de noble madera y suelo enmoquetado , y que tan reconfortable hogar le proporcionaba especialmente en el gélido invierno. Nadie habría de turbar su pensamiento, ni mucho menos sus sentimientos, simplemente dolido por la incomprensión de su amada, y en paz con su recuperación. No faltaba ni sobraba nada por entonces, en cierto modo, vivir esa paz y ahogar esa angustia con sus recuerdos, de antaño, y que por ahora convenía recordar. Se acercaba la noche , calurosa, mística, llena de sensaciones y de esperanza en la ciudad augusta. Noches mágicas, un sueño, una ......

Psiquis

Música de Enya, un Bordeaux francés y una biblioteca repleta de clásicos. Entre ellos figuraba Homero, Edgar Allan Poe y Jane Austen con “Orgullo y Prejuicio”. Angie había preparado a conciencia tal romántico escenario, con el fin de dilucidar los misterios del pasado oscuro que nuevamente había sido frustrado por la psiquis. Cansancio, esperanza, odio, estupidez, se mezclaban en un único sentimiento. El vuelo desde Amsterdam llegaba con retraso a Barajas, las condiciones meteorológicas impidieron la salida del Boeing 787 a su hora en punto. Angie recogió a Marcel tras un tímido abrazo amistoso y se dirigieron a su casa de Madrid en la calle preciados. El camino a casa fue silencioso, sin apenas temas de conversación, simplemente alusiones a la espera, a la tempestad que hizo sufrir el retraso y poco más. Angie lucía un aspecto juvenil, resalte de maquillaje en sus lindos ojos verdes y haciendo acopio de su estilo...