"Los trabajadores transpasaron los muros de la necrópolis ( se pusieron en huelga), diciendo: tenemos hambre, han pasado 18 días de este mes... hemos venido aquí empujados por el hambre y por la sed; no tenemos vestidos, ni grasas, ni pescado ni legumbres. Escriban esto al faraón, nuestro buen señor y al visir nuestro jefe, que nos den nuestro sustento".
El primer indicio de huelga que tenemos nos traslada al mes de noviembre del 1166 a.C., durante la construcción de la tumba de Ramsés III(en la fotografía) en el Valle de los Reyes, momento en el que los trabajadores y artesanos de esta obra iniciaron una huelga. El principal motivo de esta huelga fue la falta de alimentos, que llevaban dieciocho días sin llegar, ya que habían sido robados por el gobernador de Tebas y sus secuaces.
Los trabajadores del faraón dejaron de trabajar y se dirigieron al Rameseo, donde descansaban los restos de Ramsés II, lugar donde también se encontraban los graneros. Los obreros cansados, sedientos y hambrientos amenazaron con dirigirse directamente al visir y al faraón.
Los funcionarios del templo, atemorizados por las amenazas, decidieron distribuir la comida que los obreros les exigían, correspondientes a la ración mensual. Tras obtener lo que buscaban, los obreros y artesanos volvieron a la necrópolis y siguieron trabajando.
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