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domingo, 20 de noviembre de 2011

JORGE NARANJO



NATURALEZA INMÓVIL


El extremeño Jorge Naranjo nos ofrece su particular homenaje a Zurbarán, con una entrega casi total a los bodegones. Es su visión de la «naturaleza inmóvil», porque, aunque podía haber ampliado ese homenaje a otras rutas zurbaranescas, ha preferido ejercitarse en la concentración, para que brille, por supuesto, el realismo convertido en la verdad de los objetos que aparecen en sus cuadros.

Se advierte cómo el pintor ha querido dejar constancia del trato diverso que ha ido dando a los objetos; incluso podría hablarse de un ejercicio de superación, como método de mostrar con mayor puntualidad su entusiasmo y su deseo perfeccionista por los objetos tratados.

Es un ejercio de sereno intimismo, en el que Naranjo parece apartarse de todo aquello que no llene de satisfacción el uso de los colores y la transparencias de los objetos, hasta dar con el instante preciso en que de cada uno de los cuadros presentes se hagan realidad de modo más formal, auténtico y personalista. A veces, estas faenas corren el riego de ser quebradas por un defecto irrelevante, pero el que queda más a la vista del espectador; sin embargo en esta exposición, habría que decir que, si esto se produce, no se trata de un claro defecto, sino de otro motivo inmerso en la misma obra. El conjunto de cada cuadro brota, por lo que luego se realice en variados contextos, con la intención de provocar diversas emociones. Resaltan los primeros planos, pero 'más allá' hay algo que también reclama la atención.

1 comentario:

  1. "La obra de Jorge Naranjo habla por si misma. Sus lienzos están llenos de una atmósfera cromática especial. Domina el dibujo y el color con maestría". Esto es alguna de las muchas cosas que se han escrito y dicho sobre este artista pacense. Y yo mejor que nadie se que es verdad. Felicidades por ese arte innato que Dios te ha dado papá.

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