En el sector cuaternario deberíamos incluir todo lo nuevo, haciendo referencia a las telecomunicaciones y la informática; de las televisiones de última generación a las tarjetas de crédito y al gps, de los bancos de datos a las videoconferencias, etc. Es por ese cambio tan acelerado y de tal magnitud que se está produciendo que se le puede calificar de revolucionario. En esta nueva revolución, la materia prima es cada vez más inmaterial; la información. Pero información en un sentido cada vez más amplio, que no se reduce, ni se confunde, a lo que nos llega a través de los periódicos, la radio o la televisión. Cada vez se genera más información, y también son más las personas cuyo trabajo es informar y que dependen de la información para trabajar y para vivir, al tiempo que la educación cada vez más hace uso de estas nuevas tecnologías e información para el desarrollo de una enseñanza de calidad.
La economía se asienta en la información , penetrando en la sociedad como una red capilar al mismo tiempo que como una infraestructura básica. La vida cotidiana, los comportamientos y motivaciones individuales y de grupo, las acciones políticas y culturales están ligadas al fenómenos informativo y al modo en cómo éste se comunica.
La tercera revolución es la revolución de la información, la sociedad posindustrial de Daniel Bell es la era de la información. Ese poder de informar, la capacidad de comunicar, todo lo que cae dentro del binomio informática-telecomunicaciones, es disputado por los intereses políticos y económicos, no ya sólo a nivel nacional, sino a escala planetaria. En mi opinión creo que un país pertenece a quien controle las comunicaciones.
La información, simultáneamente generadora y resultante de la tercera revolución, presenta seis características nuevas. Las cuatro primeras hacen referencia al concepto y contenido mismo de la información: crecimiento (cuantitativo y cualitativo), especialización, rapidez, interactividad. La quinta característica está asociada al modo en que nos llega la información. La supremacía de la imagen sobre la palabra y la corrección de esta supremacía por la tendencia a la integración multimedia de la información. La sexta característica se refiere a la emisión y titularidad de la información, en el campo específico de la comunicación social: coexistencia entre macromedia y micromedia.
Los llamados medios u órganos de información ya no son solamente los periódicos, libros, radio y televisión. Lo son también los nuevos medios: los bancos de datos, el videotexto, el teletexto , los foros , los chats, etc. Lo son también las nuevas modalidades de medios clásicos, las revistas especializadas, las radios especializadas, la televisión por satélite, la televisión pay per wiew .
Por otra parte, los "hombres de la información" ya no son solamente los periodistas. Lo son también los alimentadores de bancos de datos, los realizadores de DVDs interactivos, los programadores de software informático, los oradores en seminarios y coloquios, los profesionales del marketing o del merchandising, los especialistas de todo orden, los intervinientes activos en todas las nuevas tecnologías que originan y dan acceso a la información almacenada. Pero debemos analizar el crecimiento de la información aún bajo otra perspectiva; el de la su universalización.
La información se ha especializado y tenderá cada vez a especializarse más, tanto por parte del emisor, como por parte del receptor. Hasta ahora, las audiencias eran pasivas. Pero llegarán a poder orientar y dirigir el mensaje. Los informadores en general, y los periodistas en particular, se verán obligados a un comportamiento mucho más riguroso.
En una sociedad compleja es la circulación de la información la que hace posible el funcionamiento de las instituciones. La información mediatiza el poder, pero también lo legitima.
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