E: ¿De modo que usted le llevaba un termo de café y un cesto con la comida?
A: Eso es
E: ¿ Y cuántas veces al día iba usted?
A: Una vez al día nada más. Yo iba por la mañana. Llegaba ahí muertecilla. La primera vez que fui me dijeron: ¿Qué quiere usted? ¿Está ahí el señor García Lorca? ¿A quién busca usted? Pues al señor García Lorca. Este señor, ¿pa qué? Pa llevarle de comer. Me dijo a mi : No puede ser. ¿ Allí en el portal mismo? : Sí , allí donde se entraba. Me dice: No puede ser. Dice otro: ¿Por qué no puede ser? Ésta es la criada de ellos. Pues suba usted. Yo no; como yo no sé, tienen ustedes que subir conmigo.
Y me subieron hasta donde estaba el señor Federico. Yo iba muertecilla. Usted sabe que no podía usted nada, que juzgaban a las criadas también. Entonces un señor que estaba allí abrió la tortilla (haciendo el ademán de abrirla para ver si había algo dentro). El señor Federico estaba en una celda.
E: ¿El escribía entonces?
A: No, pero las cosas estaban allí. No había cama ni nada, no había más que eso. Y al entrar me decía el señor Federico; Angelina, Angelina , por qué has venido? . Me manda su madre, es su madre quien me manda.... Mientras yo estaba adentro, !Yo no quiero que usted me meta a mí en nada!. !No, no , no! Angelina : Me da mucho susto. Mientras yo estaba allí, estaban los otros en la puerta del cuarto, así con los fusiles. Él no quería comer nada, no comía nada.
E: ¿ Y usted fue al día siguiente?
A: Sí y no había comido nada
Efectivamente, la muchacha volvió al día siguiente al Gobierno Civil y le dijeron que aquel señor ya no estaba allí, ni si se lo habían llevado a la cárcel. La dejaron subir por si había dejado algún mensaje, pero en el cuarto no había más que el termo y la servilleta. Ella entonces se dirigió a la cárcel dispuesta a llevar a cabo su cometido y en la portería dudaron si García Lorca estaba allí encerrado o no. Le dijeron que volviese por la tarde, pero ella lo hizo al día siguiente. Entonces le explicaron: "Este señor que usted dice, nunca ha estado aquí". Entonces- concluye Angelina- me devolvieron el cesto. "Claro , ya le habían matado al señor Federico, allí en Viznar" (I.G).
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