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domingo, 30 de mayo de 2010

DELIRIOS DE GRANDEZA

Gabriel Tortella, maestro de historiadores hizo ya en 2008 un análisis previsor de la actual crisis, veamos:

Escribe Tortella:

[ .. ] Yo afirmo que las fluctuaciones económicas se deben a que la gente no sabe Historia; se trata de una variante del conocido aforismo de George Santayana, no por manido menos atinado: “Los que no recuerdan el pasado están condenados a repetirlo”.
[ .. ]
Pero la gran pregunta es: ¿cuánto va a durar esta crisis? ¿Dice algo la Historia sobre eso? Lo único claro es que puede durar 10 años, como duró la “crisis del petróleo” de mediados de los setenta a mediados de los ochenta, o la “Gran Depresión” de los años treinta, o la crisis japonesa de los noventa. Cierto es que las más recientes que antes cité duraron menos, unos dos o tres años. Pero esta crisis lleva visos de ser duradera a nivel internacional porque existen graves incertidumbres acerca de los precios relativos de productos tan importantes como el petróleo y los alimentos, porque esta larga década precedente de bajos tipos de interés ha estimulado inversiones en sectores cuya viabilidad está ahora en entredicho y porque, tras las recientes catástrofes bolsísticas, llevará mucho tiempo reconstruir un sistema internacional de crédito, hoy en ruinas.
En contra de las afirmaciones optimistas de algunos políticos (cada vez menos),
la perspectiva para España no puede ser halagüeña, en gran parte porque, incomprensiblemente, el Gobierno del partido socialista no ha sido consecuente con los diagnósticos que sus más distinguidos economistas habían hecho cuando estaban en la oposición, afirmando que el crecimiento económico basado en la construcción inmobiliaria estaba abocado tarde o temprano a una crisis como la que hoy padecemos. Y, sin embargo, una vez en el poder, muy poco se hizo para prevenir una crisis lúcidamente anunciada: ni frenar el gasto para aumentar el superávit en tiempos de bonanza, ni reformar las estructuras distributivas para mejorar la competitividad y moderar los precios, ni modernizar los centros de enseñanza superior e investigación para librarnos de la dependencia tecnológica y mejorar la productividad
. [ .. ] [El País, 25 septiembre 08. Gabriel Tortella.


FUENTE: ELPAIS.COM

1 comentario:

  1. Muy interesante y certero el artículo, amigo Juan Andrés. Da completamente en el clavo. Yo añadiría una cosa más: el desaforado gasto en compra de vivienda pudo ser fomentado por los gobiernos, pero era la gente, los ciudadanos, los que preferimos la compra al alquiler. Así que buena parte de la culpa de la crisis la tenemos los ciudadanos que no supimos ahorrar en otra cosa que en ladrillo y ahora hemos perdido nuestros ahorros ( el ladrillo no vale gran cosa). Saludos.

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