Como ejemplo de la diversidad de ciudades y pueblos, pongamos a Mérida.
En    el año 25 a.C. el Emperador Octavio Augusto ordenó fundar la Colonia    Augusta Emerita,
 en la que se asentarán los militares veteranos (eméritos)    de las 
legiones V y X tras las victorias frente los cántabros en el norte    de
 la Península .
Aunque la comarca de Mérida ya estaba habitada desde  
  tiempos remotos, la llegada de los pobladores romanos supuso un cambio
 sustancial    para este punto estratégico, por su ubicación cercana al 
río    Guadiana y por ser un nudo esencial de las comunicaciones de la 
época.
Mérida (Emérita Augusta) se convirtió en    un destacado centro jurídico, económico, militar y cultural del    Imperio Romano.
Fruto de la vida de aquella población romana, la 
ciudad    conserva muchos monumentos que permiten al viajero trasladarse
 en el tiempo    hasta aquella época de esplendor para la ciudad.
El paso posterior por la ciudad de visigodos, árabes    y cristianos ha dejado un legado cultural importantísimo.
El auge de Mérida unido al trabajo de las 
instituciones    provinciales y autonómicas motivaron que en diciembre 
de 1993 la UNESCO    declarara el Conjunto Arqueológico Emeritense fuera
 declarado    Patrimonio de la Humanidad. Además, es la única ciudad    en España que ostenta la denominación de Conjunto Histórico    Arqueológico.


 
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