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martes, 9 de febrero de 2010

LAS PURGAS SISTEMÁTICAS DEL ESTALINISMO

Entre 1927 y 1929, alrededor de un millón de soviéticos, mayormente ex miembros del grupo de políticos opositores y figuras de la Nueva Política Económica del fundador del Estado soviético Vladimir Ilich Lenin, fueron encarcelados o exiliados.
Entre 1930 y 1932, de 9 a 11 millones de campesinos fueron desalojados de sus tierras y deportados a Siberia u otras regiones aisladas, o huyeron a las ciudades. Por lo menos otro millón de campesinos fue deportado en 1933.
Entre 1932 y 1933, unos 6 ó 7 millones de personas murieron en una hambruna que se atribuyó a la política agrícola.
De millón y medio a 2 millones de otros campesinos fueron detenidos por violar varias leyes «extremadamente crueles» sobre propiedad estatal.
En 1935, un millón de ex funcionarios, mercaderes y nobles fueron calificados como «extraños de clase» y deportados de Leningrado, Moscú y otras ciudades.
Entre 1937 y 1938, fueron detenidas entre 5 y 7 millones de personas en la época del denominado «gran terror». Un millón de esas personas fueron condenadas a muerte y las demás enviadas a campamentos de trabajo forzoso, donde en su mayoría murieron.

Reconstruir con exactitud lo que verdaderamente pasó es tal vez ocioso. Se trata de un fenómeno de exterminio que tal vez no dejó documentación completa o no dejó ninguna, como la escabechina de los indios americanos. Solo se pueden hacer estimaciones más o menos «sensatas». Comoquiera que sea, aun el cálculo más conservador es necesariamente monstruoso por las condiciones del proceso: en América fueron las masacres, la explotación y la falta de anticuerpos contra las enfermedades traídas de Europa. En el mundo seudosocialista se trataba del desplazamiento forzoso de poblaciones enteras, lo que, como es fácil imaginar, no se puede hacer sin la destrucción de los medios de vida conocidos por esas poblaciones. ¿Qué podía hacer una soprano en un campo siberiano?

Por otra parte, porque todo hay que decirlo, siendo una formidable maquinaria sociopolítica, inédita en la Historia, el stalinismo, templó el acero, desarrolló la energía nuclear, conquistó el espacio exterior y venció el nazifascismo, todo en dos generaciones. En un momento de la guerra contra el nazifascismo estuvo prácticamente solo, pues los Aliados Occidentales (básicamente los Estados Unidos e Inglaterra) durante un largo período de la guerra se rehusaron a presionar a Hitler en el Frente Occidental, para que pudiera actuar a sus anchas en el Frente Oriental, es decir, la URSS. Cuando el Ejército Rojo comenzó a avanzar peligrosamente hacia Alemania, los Aliados Occidentales decidieron la Invasión de Normandía, no solo para detener a Hitler, sino para detener a Stalin, que tal vez habría llegado hasta Lisboa si lo seguían dejando resolver la guerra solo.

Cuando los Estados Unidos estaban pasando por la Gran Depresión de la década de 1930, la URSS estaba sumergida en la expansión industrial, la explosión civilizatoria más acelerada que se conoce a la Humanidad . Es esto lo que la perversión neoliberal actual —simétrica de la stalinista— olvida sistemáticamente.

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