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martes, 16 de febrero de 2010

LORENZO HERVÁS Y PANDURO




Lorenzo García y Panduro , que cambió su primer apellido por el segundo paterno de Hervás, nació en el seno de una familia humilde del pueblo conquense de Horcajo de Santiago, el 10 de mayo de 1735.
Siendo un adolescente de 14 años, entró en el noviciado que la Compañía de Jesús tenía en Madrid, desde donde pasó a Alcalá de Henares para seguir los estudios de Filosofía, Teología y Cánones, aunque sin desdeñar otras ciencias como Matemáticas, Astronomía, Medicina y Metafísica, en las que alcanzó un más que respetable conocimiento, aunque la faceta más brillante de su multiforme genio fue la Filología, donde destaca por su estudio de las lenguas y la clasificación sistemática que de ellas hizo, y que tiene de haber sido el primer intento de lingüística comparada universal.
Al concluir sus estudios, con 25 años, fue ordenado sacerdote y enviado como profesor de latín al Colegio de Cáceres y muy pronto al de Nobles de Madrid, donde enseñó Metafísica. Dos años más tarde marchó a Murcia donde fue maestro de filosofía en el Colegio de la Anunciata. En 1769, junto con los religiosos de su provincia jesuítica, salió exilado de España para instalarse primero en Córcega y, posteriormente, en Forli (ltalia), donde permaneció hasta que la Compañía fue suprimida. Su siguiente destino fue como preceptor de los hijos del marqués de Chini, en Cesena, ciudad que por diversas circunstancias le recuerda a su pueblo natal. En esta ciudad italiana desarrolla la labor más importante de su producción científicia, pues aquí planeó y concluyó su enciclopedia La idea del Universo.
Cuando Carlos IV permitió por unos pocos años (1798-1801) el regreso de los jesuitas a España, el Abate Hervás regresa, y reside en Barcelona y, más tarde, en su pueblo de Horcajo de Santiago (Cuenca) , desde donde se desplaza durante algunas temporadas a Uclés para poder trabajar en la biblioteca del Monasterio. Visitó las ruinas de Cabeza de Griego que, en medio de gran polémica, identificó con la antigua Segóbriga de los romanos.
Al terminar el período de permisividad borbónica, vuelve a Roma donde el papa Pío VII, conocedor de su valía, le nombró prefecto de la biblioteca pontificio del Quirinal. Murió en esta ciudad el 24 de agosto de 1809, a los 74 años de edad.
Fue, en la historia cultural de España, uno de los personajes mas representativos del espíritu enciclopédico que caracteriza el siglo XVIII. Aunque su vida estuvo dedicada completamente al estudio no olvidó la realidad del mundo en que vivía y se preocupó por sus semejantes más necesitados. Para los sordomudos compuso un catecismo y otro para las escuelas de Horcajo de Santiago. El recuerdo de su niñez y lo que contemplará en Horcajo al volver del exilio le hizo expresar la conveniencia de que a los niños se les debería estimular con una paga semanal para que el ganarse la vida no fuera un obstáculo par acudir a la escuela. Para la mujer, propuso un mayor educación en lo moral y civil, así como en lo científico, y, en general, propugnó una más equitativa distribución de la riqueza y más justa proporcionalidad de los salarios a fin de conseguir un mayor bienestar para la clase obrera. Dejó gran cantidad de obras escritas, casi todas en italiano, sobre los más diversos temas, muchas de las cuales se conservan manuscritas.






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