“(...) las cuales llorando, por compasión que debió tener Merlín dellas, las conviritió en otras tantas lagunas, que ahora, en el mundo de los vivos y en la provincia de La Mancha, las llaman las Lagunas de Ruidera”.
El Parque Natural de las Lagunas de Ruidera fue creado en 1979, y cuenta con 3.772 hectáreas situadas entre las provincias de Ciudad Real y Albacete.
El Parque lo conforman el embalse de Peñarroya y un total de 16 lagunas escalonadas, conectadas entre sí por cascadas y emisarios subterráneos, en un conjunto de singular belleza, un oasis cuya frondosidad y exuberancia contrasta con la extrema aridez que lo circunda.
El paisaje resulta espectacular y único en la Península Ibérica. Los valores naturales del lugar saltan a la vista, teniendo en la avifauna uno de sus principales alicientes. Asimismo, se trata de un lugar de indudables resonancias cervantinas. En el interior del parque se encuentra la famosa Cueva de Montesinos (término municipal de Ossa de Montiel), que según la tradición es aquella a la que Cervantes se refiere en los capítulos 22 y 23 de la II Parte del Quijote.
Este espacio natural tiene como protagonista absoluto el agua, elemento esencial que da origen a Ruidera. La hidrológica de Ruidera, es un complejo sistema hídrico condicionado por la geología de esta comarca del Campo de Montiel. El agua que durante nuestra visita podemos observar en las lagunas, procede de los manantiales y aportes superficiales de los arroyos y veneros que llegan al fondo de este valle del río Guadiana, como por ejemplo el arroyo de las Hazadillas, o el Alarconcillo. Las lagunas también reciben importantes aportes subterráneos, de un flujo de agua que circula a lo largo de este valle, atravesando los materiales calizos. El material calizo de las lagunas de Ruidera es por su naturaleza permeable, permitiendo la circulación del agua bajo las mismas, en algunas lagunas estas corrientes subterráneas son interrumpidas al aparecer otros materiales impermeables del triasico superior, que impiden estas corrientes y la inundación de la propia laguna. Esto sucede en algunas lagunas intermedias y bajas, (laguna lengua, laguna redondilla.
En medio de esta singular meseta del campo de Montiel, nace el río Guadiana, singular río del centro peninsular, cuyo peculiar nacimiento (según los estudiosos e hidrogeólogos), no es otro que las propias lagunas de Ruidera y sus manantiales, considerándose este paraje según las conjeturas geográficas, como cabecera o Alto Guadiana, situado a 900 metros de altura.
El Guadiana una vez ha atravesado el valle y las ultimas lagunas aguas abajo del pueblo de Ruidera, en las inmediaciones del embalse de Peñarroya construido en el año 1959, se filtra y desaparece para resurgir, según estudio hidrogeológicos, a 80 kilómetros mas al oeste de la provincia de Ciudad Real, en forma de manantiales y ojos, en el paraje denominado Ojos del Guadiana en las cercanías del termino de Daimiel, dando origen a las famosas Tablas de Daimiel, Parque Nacional de gran interés natural. Posteriormente este río sigue su curso hacia tierras extremeñas desembocando en Ayamonte (Huelva), marcando la frontera entre España y Portugal.
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